Hoy, la sede de la Asociación Érguete se llenó de los nervios de un primero día de trabajo y también de la ilusión del inicio de varias carreras profesionales. Chicos y jóvenes del primero curso del ciclo de Integración Social del Colegio Lar pusieron en práctica los proyectos sociales que están desarrollando durante lo curso con las personas usuarias de la entidad.

Esta iniciativa nace de la idea “de que la mejor forma de aprender en el campo social y conocer, entender y vivir experiencias con las personas usuarias”, destaca la coordinadora del Programa de Formación e Integración Social (PFIS) de Érguete, Ana Vázquez, y explica que con estas sesiones “queremos ofrecer la oportunidad al alumnado de conocer y participar en el contexto de intervención que se vive cada día aquí, antes de que se gradúen y hagan las prácticas”.

La profesora de los chicos y chicas, Alba Moraña, indica que «elegimos trabajar con Érguete porque las personas con adicciones son uno de los colectivos más invisibilizados y el alumnado debe conocerlo bien”. Destaca que “trabajamos tres talleres que ponen el foco en la autoestima, habilidad muy necesaria para que estas personas puedan superar con éxito su proceso”. “Con este proyecto también queremos que el alumnado vea la realidad de la intervención social, que sepan que no todo es sonrisas y que también se viven momentos y realidades complicadas”, añade la profesora.

Uno de los alumnos, Tomás Perea, destaca con mucha ilusión que “teníamos muchas ganas de conocerlos y de saber como viven unas personas que la sociedad olvida”, palabras a las que se suma su compañera, Natalia Barón, con la sonrisa de la que sabe que el camino que están iniciando es lo que les gustaría continuar. “Estamos muy nerviosas, pero poder estar aquí, los ayudas, dirigirlos un poco, aprender con ellos y con el que queremos salir adelante”, concluye la chica. Desde Érguete añaden que las personas usuarias “disfrutaron mucho de la actividad” y aseguran que “hay cantera”.