Las sobredosis de drogas son la primera causa de mortalidad en los centros penitenciarios españoles. Las adicciones son, por tanto, un gran riesgo entre las personas privadas de libertad y, por eso, Instituciones Penitenciarias y Asociación Érguete están poniendo en marcha un programa de intervención en el módulo común del Centro Penitenciario de A Lama para acompañar la 22 personas en su camino para abandonar las adicciones.
Un equipo de Érguete está compartiendo desde abril sesiones grupales con los internos para tratar de la manera más eficaz sus situaciones. La educadora social del Programa de Integración Social (PFIS) de la Asociación, Ana Vázquez, explica que el trabajo con ellos “consiste en conocer los inicios del consumo y el recorrido hasta el momento actual para confeccionar el mejor plan para mantener la abstinencia”. La experta incide en que “es un proceso muy complicado ya que tienen que mejorar su gestión emocional y autoestima en una situación muy complicada y de alto riesgo”.
Desde el equipo PFIS también explican que una de las llaves para que las personas privadas de libertad huyan de las adicciones “es el establecimiento de rutinas y de redes de apoyo que los ayuden la sobrelevar los peores momentos de la abstinencia. En prisión no es fácil, pero ellos lo están consiguiendo”, concluye Vázquez.
La importancia de la gestión emocional
Paralelamente al abandono de las adicciones, las personas usuarias también contaron con la ayuda del psicólogo de la Asociación Érguete, Rodrigo Alonso, para trabajar “su gestión emocional y el control de impulsos”. El experto explica que “ la adquisición de competencias emocionales es muy importante para preparar a las personas privadas de libertad para la vida lejos de las adicciones y fuera de la prisión.