Las entidades solidarias del barrio del Calvario se unieron este 25 de noviembre para denunciar la doble discriminación que sufren las mujeres en riesgo de exclusión. En una concentración organizada por la Asociación Érguete y Afaga, y a la que acudieron Arela, Down Galicia, Asem Galicia, la Fundación Érguete, personal de Servicios Sociales del Concello de Vigo, y trabajadoras de la biblioteca Neira Vilas se recordó a todas las mujeres vulnerables que, ya sea por una situación de fragilidad, dependencia o discapacidad, son doblemente víctimas.
“La reinserción social para una mujer con conductas adictivas es mucho más difícil que para un hombre”, explican en la Asociación Érguete. “Para ellas es mucho más difícil ya que doblemente discriminadas: por ser consumidoras y por ser mujeres. Ellas, además de aguantar todos los perjuicios que existen en la sociedad con las personas con problemas de adicciones, tienen que luchar y pedir ayuda en un sistema “que no está pensado para ellas”, inciden.
En la Asociación Arela también denunciaron que la feminización de la pobreza sigue siendo una realidad; los datos son significativos y preocupantes. La tasa femenina se incrementó un 2.3% en el año 2021 en Galicia, siendo el 22.3% frente a tasa masculina que es el 21.8%. En especial “hay que señalar la incidencia de esta situación en los hogares monomarentais y todo lo que implica e influye directamente nos niños, niñas y adolescentes”. Además, destacaron que, en general, el riesgo de pobreza infantil aumenta del 31.1% hasta el 34% en Galicia provocando una fuerte carga mental en las familias que además de soportar la injusticia de la pobreza, vivencian el complejo que es para sus hijos y hijas convivir en esta situación.
En Asem Galicia, recordaron que según el Informe del Parlamento Europeo casi el 80 % de las mujeres con discapacidad son víctimas de violencia y presentan un riesgo cuatro veces mayor que el resto de las mujeres de sufrir violencia sexual. “Las mujeres con discapacidad, el 68 % vive en instituciones sociales, están expuestas a las violencias de personas de su entorno, ya sea por parte de personal sanitario, de servicios o cuidadores”, denuncian.
Informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2018), evidencian los obstáculos a los que tienen que enfrentarse las mujeres con discapacidad: las dificultades de acceso a un hogar propio y adecuado, el acceso a los servicios de salud, a la educación y la formación profesional, al comprado laboral…Aunque estos elementos son compartidos con otros colectivos, ven agudizados en el caso de las mujeres con discapacidad, puesto que quedan detrás de muchas de las desigualdades a las que se enfrentan, lo que provoca múltiples situaciones de violencia y maltrato.
Además todas las entidades alzaron su voz para criticar todo tipo de violencia contra la mujer ya que, citando la Jiddu Krishnamurti, “la violencia no es solo matar a otro. Hay violencia cuando usamos una palabra denigrante, cuando hacemos gestos para denigrar la otra persona, cuando obedecemos porque hay miedo. La violencia es mucha más sutil, mucho más profunda”.